POR EL AMOR DE UNA MUJER

jueves, 24 de diciembre de 2009

UN HERMOSO CUENTO DE NAVIDAD POR ASCENSION.-

SUCEDIÓ EN NOCHEBUENA.


Así como las gotas de la primera lluvia bendicen la tierra después de un tórrido verano; repartiendo sonrisas, el padre Gabriel se paseaba de sala en sala por los amplios pasillos de aquel hospital. Su deambular era siempre en el área donde estaban los menores con enfermedades terminales. Cada pieza tenía tres camas por lado, y dos, aquella en que los pequeños pasaban por sus últimos días, apoyados con oxígeno, monitores y otros implementos que advertían la gravedad de su situación.

Bastante motivado por la muerte de sus padres en un accidente aéreo, el joven había tomado los hábitos cuando casi estaba por terminar la carrera de medicina. Apenas obtener aquel anhelado diploma, acudió a golpear la puerta del noviciado que lo convertiría en sacerdote, algunos años después.

Desde que decidiera darle esta dirección a su vida había transcurrido tiempo y la congregación, en consideración a la olvidada especialidad y a la religiosidad a toda prueba, le había encomendado asistir a pacientes infantiles en situación extrema. A diario, aquellos pequeños, aún dentro de su estado precario, lo esperaban ansiosos. La expresión bondadosa del rostro y aquellas manos que con sólo sentirlas en sus frentes, aquellas caritas mustias y delgadas, parecían revivir.

El padre Gabo como le decían los niños y el personal, tenía una imagen que lo caracterizaba. Había decidido desde hacía mucho, y con el permiso del superior de la orden, dejarse crecer la barba hasta la altura del pecho, como una forma de ocultar las emociones cuando le tocaba asistir a un pequeño a punto de abandonar el malogrado cuerpecito. A sus setenticinco años, este verdadero parapeto de dolorosas experiencias, lucía casi totalmente blanco, y a pesar de su andar ágil y resuelto, que insinuaba una obesidad insipiente. Los chocolates y mermeladas eran su perdición.

Luisín, era uno de los pequeños que se encontraba en la última fase de leucemia. A Gabriel le parecía increíble la resistencia del menor para dejar esa maltrecha humanidad. Sin poder evitarlo, interiormente rogaba a Dios le permitiera pasar esa Nochebuena cerca de él, y sacar aunque fuera una sola sonrisa de felicidad de aquella carita consumida por el mal. Faltaban dos días y las enfermeras y auxiliares en los ratos libres permanecían afanadas preparando las salas y confeccionando adornados arbolitos. Esa noche, al pasar la última ronda, Gabriel descubrió con malestar que todos los arreglos navideños carecían de nacimientos. A la mañana siguiente, llamó al personal del turno, aquellos largos años ejerciendo este ministerio se lo permitía. -¡Tengo un malestar muy grande!- les dijo. - Por si lo han olvidado, esta fiesta es de la cristiandad, y no es para exaltar costumbres foráneas sobre leyendas de Papá Noel, Santa Claus, Viejito de Pascua o como quiera llamársele, y árboles adornados con un cuanto hay. Esta fiesta es para recordar el nacimiento del Niño de Belén, Jesús, nuestro Salvador-.

Irma, una de las auxiliares con más edad tomó la palabra. - Padre, perdone usted pero yo tuve un hijo que murió en una de estas salas, y siempre lo alimenté con ilusiones. Aunque sabía que no eran ciertas, lo hicieron feliz hasta que cerró sus ojitos. –La mujer no pudo seguir hablando, porque un llanto silencioso le afloró en el rostro.

-Aún así y con el respeto que me causa su dolor, estimada Irma. Entiendo que ustedes hacen esto con la mejor intención, pero a cada cosa debe dársele la importancia que merece, y más, tratándose de algo tan importante para los que nos sentimos cristianos. Por ello, les ruego sacar tanto brillo de las salas y de los arbolitos, y yo solicitaré fondos para comprar tantos nacimientos, como salas tenga esta área.- Las mujeres bajaron la cabeza y cada cual partió a cumplir con sus obligaciones.

Esa noche al invocar a Dios en sus oraciones, Gabriel recordó sus instrucciones respecto a los festejos navideños y reconoció haber sido un poco duro en los conceptos. De todas maneras, antes de ir al hospital, compraría varios nacimientos. Consideraba que alguien debía poner orden ante aquel consumismo loco que aparecía en esta fiesta, tan trascendental para la iglesia. Se acomodó en el lecho y se durmió casi al segundo.

Al día siguiente despertó conmocionado. Algo había sucedido durante su reposo. Recordaba vívido el sueño que lo había angustiado seriamente, tanto como si hubiera sido una pesadilla terrorífica.

“Estaba en un restaurante elegantísimo, sentado frente a una mesa surtida con los más ricos manjares de su preferencia y un mozo dispuesto a atenderlo en los mínimos detalles. La mesa coincidía con una ventana. Mientras se aprontaba a servirse, colocándose la gran servilleta, vio asomada la macilenta carita de un pequeño. Uno tan igual como aquellos que estaban de paso en las salas que él visitaba a diario. Su delgado rostro estaba triste y hambriento. No le cupo duda que gran parte de aquella ración la guardaría y a la salida la compartiría con el niño. Tomó los cubiertos y se dispuso a degustar aquellos manjares que bien sabía, los merecía con creces. Al probar el primer bocado descubrió que no tenía sabor, sólo alcanzaba a sentir su volumen dentro de la boca. Por más que forzaba sus papilas, ellas no entregaban respuesta. Aquellos apetitosos manjares ni siquiera tenían el gusto propio de los alimentos. Le colocó de todos los aliños que estaban delante del plato, aún así, nada consiguió. – ¡Mozo, por favor! Dígame ¿por qué esta comida no tiene sabor?- Le he colocado todo tipo de condimentos y no siento absolutamente nada. Pienso que me sentiré mal si me la trago.- El mozo le respondió. – Perdone usted, padre, pero se nos acabó un condimento muy importante y debimos prescindir de él en su cena. Se lo puedo asegurar que mañana, víspera de Navidad, nuevamente nos llegará.- Intrigado Gabriel le preguntó – ¿Y cuál podría ser ese condimento mágico? – ¿Qué raro que usted no lo sepa padre?- ¡Lo lamento, no lo sé!, ni se me ocurre que podría ser. Le agradecería si usted me lo dice. – El mozo con cara de circunstancias le respondió.- Se llama Esperanza, padre, y es aquel que se nos acaba más rápido”. Iba a responder, cuando de pronto sonó el despertador y el sueño se interrumpió.


Esa noche de Navidad, a los niños en grave estado se les veían más abatidos que nunca, a veces cruzaban una que otra palabra forzados por las enfermeras. De pronto, vieron aparecer a un barbado anciano, vestido de rojo, con una gran bolsa en la espalda y que reía con un Jo, Jo, Jo contagioso. Verlo e incorporarse dentro de las dolorosas posibilidades de cada uno, fueron una sola cosa. Luisín gritó a los otros niños. -¡Amigos, yo les había dicho!, el padre Gabo es Santa Claus. Estaba seguro que esta noche vendría. - ¡Sí, lo sabía, yo lo sabía!, yo estaba seguro que se disfrazaba de padre y estaba siempre con nosotros- Gabriel se acercó donde el pequeño con los ojos húmedos y le dijo. – Dime Luisín, qué quieres como regalo de Navidad.- El niño sin pensarlo mucho contestó. –Santa, yo quiero un cuerpo nuevo… que esté sanito. Este que tengo, ya no me sirve… Y mis amigos también quieren lo mismo.- Gabriel miró al resto de los niños y todos asintieron con sus macilentas caritas, ahora alegres. Tragando lágrimas, les respondió –Bien, le diré al Niño Jesús que les conceda tal pedido, de momento les traje golosinas, de aquellas que pueden comer, con un saludo de María y José que se han quedado celebrando el cumpleaños de su hijo. Esa noche fue de verdadero jolgorio para los pequeños, no les cupo la menor duda que efectivamente era Santa Claus quien los había visitado, y a quien durante el resto del año, tenían a diario como el Padre Gabo.


Posteriormente Gabriel despidió a cada uno de esos niños, quienes fallecieron con una sonrisa en el rostro y más de alguna de las madres de aquellos pequeños, pronto anunció una nueva maternidad. No quiso sacar ninguna conclusión, sólo había pasado. Talvez, un milagro de Nochebuena.

R. ASCENSIÓN REYES-ELGUETA

miércoles, 23 de diciembre de 2009

FELICES FIESTAS


El sereno de Palacio, escuchó ruidos en la parte alta del viejo edificio, pero lustroso para sus años.
Tuvo miedo, claro, era la noche de navidad, y a esa hora no había nadie más que él dentro.
Recordó su deber y que los carabineros se reirían o al menos le enrostrarían haber ido por fantasmas, lo que asumió cuando tuvo la idea...nadie iba a ir a robar, y qué, el 24 en la noche...con un corazón agitado por el colita de mono clandestino y el susto, subió por la escalera de la derecha, del recibidor frontal, y con la linterna esgrimiéndola como un arma de fuego, tuvo miedo hasta de su sombra, y mientras se acercaba a la sala de la cual salían los ruidos, carcajadas ahora,tiritaba.
Ya una vez frente a la puerta, no tuvo la menor duda, que dentro del lugar donde se reúnen los locos escritores, había un jolgorio, y apegó la oreja derecha a la madera de la hoja, escuchando risas, bromas, hasta gritos y uno que otro brindis de sujetos que no identificó y que en absoluto estaban por lógica dentro del Palacio, o de su inventario, pero lo que más lo sorprendió es que mientras medio Viña celebraba la Nochebuena, éstos, eran protagonistas de los cuentos y poemas que los autores que se suponía en casa, habían dejado por ahí olvidados, y que esa noche celebraban a su manera...más de alguno dijo pertenecer a un relato de un tal Valenzuela y de lo que se sentía orgulloso...otro, resultó ser un acongojado pretendiente de una poesía de la Paty Benavente, y también participaba un casi obsceno hombre de un cuento de la Sylvia Neira...lo que tuvo que sacar por conclusión, y además creer por fin, que la literatura sorprende tanto como la vida...y le echó la culpa al final al colita de mono, pero no se atrevió a interrumpir la celebración.....¡¡FELIZ NAVIDAD AMIGOS DE LA PLUMA VALIENTE!!



Publicado por Eduardo Osorio.

FESTIVAL DE IMAGENES EN "BALADA DE UN LOCO"

Casi libre albedrío, otro poco de morbo, una pizca de ausencia, mucho amor por la literatura, y muchos cuentos que retratan a la gente, en el lanzamiento de "Balada de un loco"....lo invitamos a degustar este trago, acompáñenos.


































domingo, 20 de diciembre de 2009

EL ESTILO "GALVEZ" ANALIZADO POR ASCENSION RAMIREZ




EL FLACO GÁLVEZ. Un romántico viajero.
(Autor de la Cueca del Guatón Loyola).


El mundo sería tedioso, aburrido, fome y todos los adjetivos calificativos que fuera dable agregar, si de pronto no aparecieran personajes, capaces de crear situaciones jocosas en imágenes, escritos o dramatizaciones. Esa virtud y otras, estuvieron contenidas en la vida de un gran realizador radial llamado el Flaco Gálvez, o Alejandro Gálvez Droguett, autor de innumerables libretos de humor para diferentes programas de la radiotelefonía nacional, en aquellos tiempos en que los medios de difusión sólo estaban circunscritos a los periódicos, revistas y a la radio, modesto canal de comunicación hogareño. Quien hace el recuerdo de este conocido personaje, a manera de somera biografía, es hijo de aquel tigre, quien por lo tanto no podía dejar de tener su piel rayada; su hijo Gabriel. Un hijo agradecido y orgulloso de los méritos de su progenitor y lo manifiesta con emotividad a quienes puedan tener en sus manos un ejemplar de este simpático libro.
Gabriel con su gracioso estilo, nos cuenta el devenir de su padre, desde su nacimiento hasta su deceso, señalando aquellos momentos más relevantes de su carrera, de su vida familiar y de la gran humanidad que tuvo esta figura nacional. Fue realizador de humor y de otras importantes actividades, tales como aquella de unir el deporte futbolero de clubes universitarios, en grandes espectáculos masivos con los cuales se iniciaba el clásico cotejo anual entre la Chile y la Católica.
Programas tan importantes y emblemáticos como la Familia Chilena y otros, cuyos actores iban retratando la realidad nacional del momento, no muy diferente a la actual. Su humor nato, su percepción para retratar personajes era única, por lo que su nombre siempre estuvo al lado de otras reconocidas personalidades del quehacer nacional, de la época. Sin embargo, era un hombre con obligaciones, problemas y días tristes, como a todos nos sucede. Según palabras de su hijo “mi papá en su antigua máquina de escribir, todos los días debía crear un sketch gracioso. Lo malo, es que a veces, él no tenía deseos de reír, pero igual, el libreto tenía que estar listo antes del programa. El Flaco Gálvez tenía muchas obligaciones que cumplir, entre estas estaba yo”.
En este recuento de situaciones, fotografías, letras de canciones y hasta chistes, Gabriel nos ha transportado al recuerdo vívido de esa época, que muchos aún conservamos fresca en nuestra memoria. Con un lenguaje directo y fluido un simpático chuncho, personaje alado, fiel representante de la Chile, cuando aún no hacía aparición la Barra Brava, nos cuenta con un lenguaje sencillo y cordial, la vida de este hombre, las vivencias de aquella época que para los que la vivimos o estuvieron cerca de ella, fue grata.
Para aquellos que han nacido posteriormente, el humor festivo de Gálvez, lo verán siempre reflejado en cada 18 de Septiembre, porque creo sin temor a equivocarme que no hay Fiestas Patrias sin estar obligados a escuchar la Cueca del Guatón Loyola, uno de sus temas más emblemáticos como folklorista, otra de sus tantas facetas.
Gracias Gabriel por enseñarnos una figura nacional que no debe caer en el olvido, como lo fue el Flaco Gálvez y también por mostrarnos lo que un hijo agradecido hace por el recuerdo de su padre.





“CHILE PAIS DE WEONES”.

La hilaridad que pueda aportar una lectura es bien recibida y beneficiosa para cualquier mortal, sin embargo el que un nuevo escritor se atreva a publicar un libro graciosísimo, acerca de un término peyorativo que denomina a una variada gama de humanos, es cosa de valientes. Tal ha sido la osadía de Gabriel Gálvez Carrasco, quien en su segundo libro nos da una clase magistral acerca de un manoseado término que lo podemos encontrar como sustantivo, adjetivo, verbo, adverbio y muchas otras derivaciones, en el hablar cotidiano, especialmente entre los varones. Me refiero al controvertido apelativo usado por casi todos los chilenos, “weón” y todas sus acepciones.
Según la Real Academia de la Lengua señala que “huevón” significa: 1.- adj. vulg. Perezoso (tardo). 2.- adj. despec. vulg. Imbécil (alelado). 3.- adj. Animoso, valiente. Por otra parte, el Diccionario Etimológico, aclara que “Huevón”, pronunciado “weón”, es alguien tonto debido a que sus grandes genitales no lo dejan pensar. Término y significado común con algunas variantes para varios países americanos y para ambos géneros. Si bien es cierto se trata de una palabra peyorativa, es de uso frecuente y casi obligado entre los hijos de Adán, y no solamente como insulto sino como término amistoso. Es tan común su uso que hasta se lo puede escuchar en bocas femeninas con todo desparpajo. El sinónimo argentino es “boludo”.
Refiriéndome derechamente a “CHILE PAÍS DE WEONES”, no puedo menos que aplaudir la genialidad de Gabriel Gálvez Carrasco, al usar a un cóndor como narrador describiendo a los gallos, con cuerpo de genitales masculinos; quienes son protagonistas de estas acertadas descripciones de las diferentes clasificaciones a que obedecen la mayoría de los ciudadanos chilensis, de acuerdo a su comportamiento social, a sus aficiones y a sus características personales. No quedando al margen, las delicadas hijas de Eva, pues si de huevos se trata, tenemos tantos como es posible perder mensualmente uno.
Los puristas del lenguaje y las damas de costumbres remilgadas, a quienes no critico, tragarán saliva al hojear este libro cuyas láminas coloreadas nos dan una ilustración gráfica acerca de la clasificación de los diferentes “weones”, aunque todos coincidiremos en que sus láminas a todo color grafican perfectamente estas semblanzas muy propias de nuestro carácter siempre festivo, aún en los peores momentos.
Con este tratado “weonístico”, nadie se puede enojar, retrata fielmente nuestra idiosincrasia chilena en una forma liviana y jocosa, porque dicho sea de paso para nadie es ajeno este comportamiento social que muchas veces mueve a estupor, a desagrado y a un sinnúmero de sensaciones que analizadas sesudamente “no se llega ni a la esquina siguiente”, pues los chilenos somos así. Recibamos pues este cordial libro que nos presenta Gabriel Gálvez Carrasco, con la mente abierta para reírnos con su festivo contenido y para meditar si cada uno de nosotros corresponde a esta variada lista de “weones” (as).
Publicado por Eduardo Osorio.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Hay regalos y regalos...



---¡¡Navidad, navidad, linda navidad!!

---¿Cómo estay poh compadre Marcos..puchas que estas contento ah?

---Y cómo no, si el año fue redondo..

---No me digas...

---Bueno, aquí me pongo orgulloso, saco pecho, y lustre a la escarapela...

---¡¡Y con piocha el rotito ah....!!

---Y en una de esas sacamos lema, pasamos raspando...

---En realidad Marcos, se han pasado los del Círculo este año...

---Viste, por eso me ufano...

---Y tienes toda la razón...

---A ver, a ver..¿por qué lo dices?..

---Mira, sacaron libros como locos, desde las "Memorias de un Desconocido" hasta "El Hijo de la Diosa", pasando por "El Brocal del Tiempo", "Chile El país de los weones", en fin..todos pero todos de primera selección, cómo se dice, los de las Sylvitas, de la Ascención (ex Rosita)..jajajajaja..
Luego, para que hablar de los encuentros : Los de la Sebastiana, de Poetas del Mundo, los de los argentinos con Neruda y su gente...en fin...
Ahora no hablemos de la cantidad de nuevos socios, la incorporación de los recreos tipo brake con cafecito, la exclusividad de la Sala en el Palacio Carrasco...ahora de los Concursos ganados "bingooo", partiendo por el Premio Municipal de Literatura de Valparaíso de Pily, y el batatazo en "Cuentos de Colección", donde arrasaron...
Tienes razón, no quería decirlo, pero estoy radiante...

---Bien Marcos, y para el próximo año que se viene...

---Ya estamos trabajando para ello, aún más no hemos parado..mañana viernes por ejemplo lanzo mi propio libro "Balada de un Loco", a las 7 de la tarde en el Palacio, y de ahí nos vamos a la Feria del Libro con todo, para luego abocarnos a la Semana del Libro..como puedes ver...tenemos para rato...

---Para rato Marcos y con éxito...Felicitaciones, y estamos en contacto...

---Gracias amigo, chaíto...


---Cynthia, Cynthia Patrick, esposa mía..estoy contentísimo..he recibido puros llamados de saludos de Navidad, y la
mayoría hablan de la buena senda del Círculo...

---Te lo mereces Marcos, si hasta sueñas literatura...ojalá este próximo año, las cosas sigan igual...

---Lo deseo de todo corazón, lo único nostálgico es que el sillón de la familia anda por Quintay, pero menos mal que es comodato no más...jajajajaja.

---Bien, la cena está lista Marcos..¿vienes??

---De inmediato..

---Escena final : Marcos deja encima de la mesa ratona del living un ejemplar de "Balada de un Loco", que debe autografiar, y se dirige hacia el comedor de su casa reñaquina, mientras en los demás hogares de la familia Circular, también celebran la Navidad 2009.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

EL REPORTAJE GRAFICO DE LA PLUMA...

Una linda fiesta la del sábado.
Acá el reportaje gráfico de La Pluma Valiente, especialmente para ustedes...las fotos hablan.....