POR EL AMOR DE UNA MUJER

miércoles, 12 de mayo de 2010

EL MILAGRO DE UN DIA GRIS...



La radio Oasis, lanza al aire unas canciones de José Luis Perales, cuyas letanías se confunden en una complicidad con el programador de urgencia de la emisora, me imagino, aprovechando el gris día de hoy, cargado de nubarrones, y que empujan al cristiano a una apatía, que lo único que alimenta son unas formidables ansias por dormir la siesta, alimentarse de carnes y grasas que se deshacen mejor en mostos, y en bajativos que excusan un alcoholismo tenue e intermitente.
El microbús pasa rápido y no se detiene en la parada argumentando la necedad, con imágenes de gente que no se ha corrido por el pasillo, muy abrigada, que no halla la hora de bajar de los cerros al plan, y devolverse cuan pronto a buscar el afecto perdido frente a estufas o chimeneas, o a las tan de moda boskas, en los snobs barrios viñamarinos más copetudos.
El gris de los edificios más plomo hoy, que a veces muestra enredaderas tan tipícas de la humedad de la costa central, parece imponerse ante las tímidas flores, que se recogen debido a la fantasmagoría del día otoñal que te hace pedazos el ánimo, aunque hay una máxima que cobra visos de empirismo, y que dice que si alguien se viene abajo con el ánimo con un día así es porque no es carne de la depre, y al contrario, si se estimula, bota hasta adrenalina por los poros, y las endorfinas andan en su apogeo, es porque en realidad debe comenzar a ingerir litio en cantidades.
Bueno, yo me las echo a la costa, aprovechando una marejada, que azota los gaviones de la grúa azucarera, y que me moja el rostro, en una soledad casi solitaria, si no es por un matrimonio de gringos que ha tenido la suerte de encontrar una victoria, que les pasea por ese paseo litoral, que hoy día es más largo, como la siesta de los otros, y que les costará un ojo de la cara.
Los automóviles, igual que el vaho con el cual limpio los lentes, echan por el tubo de escape una neblina contaminante y londinense que teniendo de fondo los kitsch edificios de 15 Norte y hasta con palmeras en los pisos superiores, forman una postal que los de la “victoria” inmortalizan en fotos que se mostrarán en la pantalla de sus computadores de vuelta en su verano tranquilo, libre de sobresaltos previsionales, y seguramente ingiriendo un jugo de frutas tropical, mientras acá la lluvia seguirá damnificando, y dando motivos a los que no están contentos con nada.
Por mi parte prosigo la caminata, sacándole el jugo a ese inmenso turquesa que se luce esta tarde con un ritmo mareoso, y que casi nadie aprovecha encuevándose en sus madrigueras, como si ésa fuera la naturaleza nuestra, a excepción de una pareja que se ha venido con todo acicateados, por una inocente para estos efectos lata de cerveza, que bota algo de espuma cuando él se la endilga y le convida a su compañera, y a lo mejor la canción aquella ésa, del otoño tan “joséluisperalina” les vendría bien digo yo…digo yo…
Mi chaqueta un tanto tomada a la rápida del closet, para no perderme nada de este día para otros feo, sin más forro que un delgado polar en todo caso, y sin defenderme mucho del frío, por el contrario me estimula las defensas, y llego casi a un recogimiento cuando frente a la Virgen Negra, y donde se estrellara hace un par de años un hijo de un Alcalde, pienso en la brevedad de la vida, y como el reloj me ha dado las cinco de la tarde en una caminata que parece un breve paseo.
No me devuelvo no obstante, y me atrevo a enfrentar Reñaca, y desembocar en su Iglesia milagrosa los 19, cuando concibo que es 12, aunque el milagro es aquí, ahora, y siempre…..PLUMA VALIENTE.

Publicado por Eduardo Osorio.