POR EL AMOR DE UNA MUJER

miércoles, 29 de septiembre de 2010

¿ Se ama en los sueños?



Las fragancias que la proximidad a Timbuktú va metiéndote en el auto, son verdaderos perfumes que no sabría comparar ni definir, pero deliciosos.
Es el ambiente que viven los que nos aventuramos por esos lares, pienso.
Al cruzar la frontera formada por una línea de colores plasmados como un arco iris, el ambiente es más húmedo y tropical, una característica medioambiental timbuktucana.
Soñadores y aventureros, estas gentes, han vivido eternamente en una zona rica en frutos placenteros, caminos sin límites, praderas verdes y pródigas, y montañas, y un cielo color turquesa.
El avance del vehículo parece contrastar con sus habitantes, que no desean por nada del mundo contaminar su aire, y te dan miradas que atraviesan el vidrio, como ecológicas, para interpretarlas de una manera aproximada.
Casitas como dibujadas, también casonas de muchas puertas y ventanas, de todos colores, algunos inimaginables , te dan la bienvenida al plan urbano, al revés del compás magnético, con una anárquica distribución de los sentidos del tránsito, pero increíblemente respetado por quienes caminan o se movilizan en unos carritos silenciosos, impulsados quizás por que tipo de energía.
En tierra firme ya, para efectos de la suela de tus zapatos, es cuando te cruzas con el Pato Donald, quien a la manera del más natural de los humanos, te mira con indiferencia, pero por si acaso, te echa un reojo, una vez seguidos los respectivos destinos.
De aspecto divertido, y una chaqueta azul tal como te la recreó Disney , que tapa a medias su cola, porta un bolso dentro del cual se adivinan mágicos cachivaches.
Los pasos que da en la dirección contraria, resuenan todavía en tus oídos, cuando alguien lo llama, y va en su persecución taqueando como loca...
¡¡ Donald, Donald¡¡he esperado por tí toda la tarde…para decirte que te amo como nunca!!...en un idioma que no sabes cual es, pero ni formado ni por cuacs ni palabras, aunque lo entiendes, se escucha.
Un tierno abrazo y un beso sellan el encuentro entre el Pato y Daysi, mientras te vas preguntando si en los sueños también se ama, a medida que suena la alarma del maldito celular-despertador, y te vuelve a la tierra …….



Publicado por Eduardo Osorio.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Cada sábado noche....



Bajo por Agua Santa, y me encandilan las luces de la ciudad.
Un espectáculo maravilloso en todo caso.
Se trata de un verdadero collar desperdigado con sus perlas tratando de aunarse en hileras, sin ninguna forma. Una anarquía de bellas filigranas, que parecen hacerle una fiesta a las calaveras que desde el fondo de la poza, parecen esperar la noche, y hacer orgías en torno a los naufragios, botellas, cañones, arboladuras, petróleo y esqueletos de las gaviotas, junto a las cenizas de los que pidieron como último deseo, descansar bajo la superficie del mar de Valparaíso.
Desciendo entonces con ese entorno a las entrañas de Viña del Mar en la noche del sábado, ajeno a las hordas de lolos que suspendidos en borracheras de mixturas etílicas, abaten la timidez y se declaran a la amistad y al amor en algunos casos, mientras los automovilistas tratan de llegar a destinos que quedan marcados por las estelas de los neones y de los escapes de sus movilidades…
Es sábado noche, y se respira en el aire esa adrenalina del alcohol y de las drogas que no alcanza, sino para detonar pequeños mundos artificiales que chocan en el aire como electrones dándole chispazos de energía a los que matan las horas, en vez de alargarlas.
Los sorprenderá el domingo luego con su carga de emotividad, tradiciones, empanadas y misas, para replegar en la tarde a sus covachas, a quienes frenéticos pasan ahora sin mirar a esta blogera pluma valiente enamorada de la vida, y de las madrugadas viñamarinas.
Publicado por Eduardo Osorio.