POR EL AMOR DE UNA MUJER

lunes, 28 de septiembre de 2009

"EL HIJO DE LA DIOSA"



¡¡Estoy seguro!!, repetía incansable el Profesor Cantero y continuaba, ¡¡que muchos no sabían que Europa era el nombre de una Diosa!!, y la letanía a pesar de resultar fatigosa para algunos, sobre todo para quienes sabían de los desvelos de Claudio Schudek por sacar adelante su “Hijo de la Diosa”, era la muestra de que quienes compartíamos este parto literario del viernes, estábamos sintonizados con 2700 años de historia, que muy de vez en cuando vuelven a la memoria colectiva…
Eramos esa noche cincuenta fácil, los que repletamos el salón de actos del Carrasco, y del que insiste ser propietario por sucesión Hernán Carrasco, el famoso Capitán Konig, que trotó a sacarse una de las primeras fotografías junto al Almirante Concha, lo que resultó una grata y metafórica imagen, sin tomar en cuenta grados y jerarquía, y al contrario, uniendo la historia naval con la de un retirado zorro mercante del mar como Konig que debe tener más millas marinas y puertos en su bitácora, que granos de arenas en la playa. No hablemos de aventuras y conquistas en lo que Konig da cancha, tiro y lado, sino basta leer sus Memorias de un Desconocido, que ya luego continúa con su tercera patita, y lo que ocurrirá el 23 de octubre, dios mediante, como fervorosamente acompaña cada frase futurista Carrasco.
Bien, chiquillos, Claudio y Ali, contentos se les veía, emocionados hasta el meollo, como Claudio, y orgullosa su compañera y edecana literaria, lo que fue un permanente comentario de quienes les acompañamos en el más sencillo, pero significativo acto, que congregó a nuestra past presidenta en la testera, al Profesor Cantero y sus deidades, a Pato Portales en una impecable conducción, y saliéndose del libreto a la manera de los más navegados presentadores alcurniosos de libros.
La Ascensión sacando fotos, que parecían ir para las páginas sociales de la Revista Cosas, con una dedicación tal, y que se perdió varias pasadas de la bandeja de canapés, mirando para la carnicería pero sacando avante su misión de fotógrafa oficial del Círculo, aunque cuando alguien le trataba de “Rosita” cariñosamente, sacaba los colmillos y mostraba su reprobación, y recordando que desde hace un tiempo oficializó su “Ascensión” para todo el resto de su vida, y por lo que había que disculparse con esta buena y bella amiga, que al final muy calladita fue acompañada por esta pluma y el Capitán Konig hasta la estación del metro para tomar rumbo desconocido, pero seguro bajo tierra.
Párrafo aparte merece y ya entrando a lo medular la sapiencia de Schudek en un tema que le apasiona y que se lució con dos respuestas ante las inquisiciones de Cantero, que buscaban demostrar la eficiencia y dominio del tema de su alumno y ahora autor de su primer libro.
Nos paseó en realidad por la mitología griega, y eso ya es bastante, aún más, dejó para nosotros los lúdicos, un sabor a esos vinos griegos, secos, olorosos y gruesos, y que dan ganas de probar de nuevo, un gusto a poco en realidad, y nada mejor que zambullirse en las páginas del Hijo de la Diosa, para saber más de Eneas y compañía, y aplacar esa sed.
Al final uno no sabe si la novela es historia o la historia se enriquece con este estudio de Claudio, ambas cosas muy buenas, y en buena lid escritural.
¡¡Felicitaciones gozoso escritor, y de lo que se hacen eco todos tus compañeros del Círculo!!.
Nos quedamos con instantáneas en la retina además, de un sicólogo como Forno charlando con Carrasco, quien lo invitó a su próxima eclosión, con nuestro Presidente que se lució con su esposa, y su corbata amarilla, nuevita parece y comprada en Florencia, ¿ o tal vez Milán?, y lo que su subconsciente soltó, y al cual el dio rienda suelta en sus palabras, que como impecable orador, y manteniendo la atención, trajo a colación, cuando le asignó buena suerte al color amarillo y lo que le habría recordado su esposa antes de enfilar rumbo al Carrasco.
¡¡Notable!!, dijo por ahí otro emocionado asistente, y sinequanon compañero de una viuda de nuestro círculo, con el vaso de vino en la mano, y su rostro mirando a la cámara digital, mientras con la otra, abrazaba la espalda de Claudio, quien entre la pareja posaba para la posteridad.
Tantas fotos como páginas tiene el libro, absorbieron la energía que da el nerviosismo del primer texto a su autor, y cualquiera omisión protocolar pasó inadvertida ante el interés de los asistentes, muchos, parientes, y amigos de Schudek, y hasta del Colegio.
¡¡QUE HOMBRE!! dijo otro invitado, cuando Claudio, le firmaba en la segunda página del libro, y que el mismo dispuso en la edición para plasmar su dedicatoria. Esta frase, no era más que una reafirmación de la portentosa labor, de reconstruir mitos, diálogos, cuando recién, y lo que también advirtió el introductor Cantero, a los 500 años de esos hechos, se tomó debida nota, y se dejó para la posteridad. Doble premio entonces para el autor del Hijo de la Diosa.
Nos vamos de esta página, pero advertimos y dejamos debida constancia de la belleza de las “Diosas” del Círculo, antes que un aguacero nos borre la memoria este domingo, el último de septiembre, que nos deja un libro más, muchos amigos, innumerables gestos, e infinita alegría.


























ECOS DE UN "18" CIRCULAR




No están todos los que son, por supuesto, no es la fecha tampoco, ya pasó, no importa, no son fotos maravillosas, también, pero lo que importa es que acá están, y aunque lentófilo, es mejor que nunca, ¿okey?... mis plumíferos amigos...la "pluma" no muere, se atrasa, pero vive...vayan para ustedes estas instantáneas del "18" nuestro, a la manera del Círculo...y Feliz "18" chico, jajajajajajaja