POR EL AMOR DE UNA MUJER

sábado, 10 de abril de 2010

TRATANDO DE OLVIDAR LOS SABADOS EN LA TARDE...



Sumido en un mar de confusiones, de vuelta a casa, tras un sábado laboral ( me gusta lo que hago, gozo, disfruto)…me digo ¿qué hago , para echar afuera la adrenalina creadora y las ganas de olvidar O AL "VERRÉ"?, y para lo que mis padres, hace 56 años, me echaron al mundo ¿ : ¿escribo?, ¿escucho música?, ¿converso?, ¿digo verdades, miento? --los escritores somos mentirosos por antonomasia—…., y termino por hacerme de un lápiz ball grip, y unas hojas en blanco, ante la ausencia de un teclado, y garrapateo, lo que me provoca este sábado, aunque para los pobres todos los días son iguales, jajajajaja, Y cuando el sol ya no calienta, se apaga, y se va a alumbrar ahora calidamente a los del sol naciente.
Como soy de gustos hedonistas a mis 56, y de vuelta del amor---- ¿qué significa esto de vuelta Eduardo?----..bueno, es algo así como poner de fondo una música no demasiado estridente, y que diga cosas, por ejemplo Sabina y sus “19 días y 500 noches” , que me cae como anillo al dedo…., gozar con el piar de los pájaros del parque y nómades gaviotas frente a mi depa, con lo que avisan a su troupe que es hora de irse al nido, leer entre líneas novelas que antes entendía linealmente, y conquistar territorios para liberarlos y no dominarlos..¿entienden?....son las seis y tanto de la tarde ya dije, y me entretienen por ejemplo, dos abuelas que diviso desde mi balcón, conversando seguramente acerca de lo que harán mañana de almuerzo, y que acaban de salir de la misa, que dio un cura después de su siesta kilométrica y cuya diabetes gulosa evidente, lo hace soportar la hora de pie dopado con gliberclamida que no había en la época de Cristo, también a unos lolos fullmente ataviados camino de Valparaíso, para calmar la sed con chelas, escuchando a los Gun”s and Roses, aunque uno discute preferir un tributo al ya nostalgioso Bob Marley, aspirar la última hornada de pan de la panadería cercana, que un descendiente de Caupolicán apura, ante los ojos anguillentos del español que todavía lo explota a pesar del bicentenario.
Los automóviles cansinos, muestran en la calle más transitada de Recreo, a algunos tripulantes ataviados para un bautizo, a otros dentro de colectivos como duraznos en conserva, y una que otra motocicleta angustiosamente bulliciosa, que evidencia una muy rara angustia del motociclista….y cuando comienzan a encenderse amarillas luminarias en Viña, y más amarillas al otro lado del Río Grande (vivo entre Viña y Valparaíso), también sería una omisión imperdonable para este escribidor, no echar una mirada a la bahía, con unos 10 barcos a la gira, todos con sus proas al sur, y a raíz de un suave viento norte, también con sus faroles a todo dar, y seguramente con un guachimán a bordo, y en los más grandes con guardias completas que ordenan sus ropas, y piensan igual que las abuelas acerca de que harán mañana cuando les toque bajar a tierra, y el Capitán les revise la nave, y les de el franco.
Es parte del triste para mí, sábado tarde, cuando ya algunos están de vuelta de carretes iniciados el jueves, miran el aburrido fútbol nacional por canales que se dicen premiums, y la abuela que les mostré hace un par de sábados, retira su silla de mimbre de la calle más temprano, y se dispone a acostar después de unas frugales onces, acompañada del pariente separado , pues…….mañana será otro día en Viña.
Pluma Valiente.
Publicado por Eduardo Osorio.