POR EL AMOR DE UNA MUJER

martes, 4 de mayo de 2010

¿QUE ESTAMOS ESPERANDO?


Esperamos algo, siempre lo estamos esperando ¿vendrá, llegará?...no confiamos a nadie la inquietud, tiene que ser mucho. A veces espoloneados por una brizna de alcohol, o una euforia repentina, de esas bipolares, entregamos algo al prójimo…
En alguna ciudad perdida del sur de Chile esta mañana de niebla, resolverá alguien decirle a su pareja, hermano, padre, parte de la incógnita, mientras nosotros apretamos contra el corazón nuestro secreto, para no parecer débiles, o entregar la oreja. Ni que decir de la otra mejilla.
Caminando melancólico por las veredas de esta Viña del Mar, amagada por la vaguada, que hace sonar las sirenas de los buques, dándole al ambiente, una fantasmagoría de película de misterio, he deseado que el caminante que viene a mi encuentro me pregunte quien soy, que hago, pero todos van inmersos en sus declaraciones de impuestos, presupuestos, disputas conyugales..por lo que miro hacia las colinas de Recreo, donde se mueven pequeños los protagonistas, que entrarán también en instantes, a sus universos cotidianos para abrigarse del frío, entibiar el cuerpo con un café, y proseguir esa cháchara doméstica que los hace felices..pero a mí no…
A mi me subyuga una ansía de hurgar en el mundo paralelo, o tal vez más de uno, que corre entre nuestras vidas, y cuando salgo del cine o dejo de ver la televisión si es que la veo, pues hace rato la abolí, deduzco que los protagonistas están más cerca de él, que los mismos espectadores que al contrario creen que las escenas son utópicas.
¿Con quien nos acostamos anoche?, ¿que al final aumentó la sensación de soledad que nos corroe, y que nos hace buscar en la cerveza, el dominó o los clubes literarios el afecto perdido?, mientras en los rincones, intersticios, vericuetos de la ciudad se mueven oscuros caminantes, cual lobos esteparios, sin tomar conciencia, que caminan como autómatas, sin pronunciar siquiera un hola cómo estás…
Es una interminable espera ésta, una sola, entretejida por las finas hebras de las conciencias individuales, acicateadas por la salvación, la hora de la salvación, o sea de pensar y caminar en esa senda, sin vivir el presente y tiempo que al final es la cornisa por donde desfilan los hechos…
El misterio, que desata la mañana de vaguada, las sirenas de las naves, el puerto, ha venido esta mañana a mí, como una verdadera maraña de amarguras y desdichas sobre las cuales caminan mis semejantes, y que obvian..¿a quien acudir si hasta las estrellas del cielo, que empiezan a asomar me turban y no dan pistas..?
Hasta las sucesivas paradas de los vehículos en los semáforos parecen reirse de mi tristeza…
He de aprovechar cada cambio estacional de mi carácter entonces para auto compadecerme..y escribir, qué si no..escribir..puede que alguien me lea y entienda…

Publicado por Eduardo Osorio.