POR EL AMOR DE UNA MUJER

sábado, 11 de diciembre de 2010

Everybody loves somebody sometimes

El "Everybody loves somebody sometimes", resonó ambiental a la hora de la siesta en la habitación del motelucho de carretera donde yo había ido a parar con mi última conquista, reflejándose en nuestros ojos pletóricos la aventura del amor. Afuera, los viñamarinos transpiraban duro, y lo único que querían me imaginé, era pedir un asilo en cualquiera de las sombras que un cobijo pudiera darles, e idealmente en la barra de un puesto de Mote con Huesillos, a esas alturas de diciembre, en que todo es regalos, compras apuradas, vitrinas y supermercados llenos. El amor está presente en cualquiera de sus formas y fechas, pensé, mientras besaba la parte trasera de la oreja izquierda de mi víctima, lo que da resultados extraordinarios, mientras la voz trasnochada del galán de los sesenta, se estiraba a más no poder en un alto que todavía daba resultados en muñecas como Marisa, que creí a pie juntillas se moría por sentir mi virilidad, aunque trataba de imitar a Dean, poniendo cara de arrobador, y también bebía un whiskye, que consideraba la oferta del día del Motel, guardando proporciones claro, y bastante decidoras, pues lo único que tenía de parecido con el licor que se hace con cebada, era la etiqueta y un nombre rampante en inglés. Hacía cincuenta años, y cuando la canción ésa estaba de moda, o era un top hit, mis ancestros , se seguían traspasando en los genes esa herencia de seductores, y acaso habría que haber hurgado en mayores profundidades geneológicas para saber la razón. Por ahora les enunciaré que las fiestas sesenteras en casa del abuelo materno, el paternóster de la última generación, ahí a pasos de la Plaza de Armas de Santiago, mientras uno de sus hijos, mi tío Ernesto, jugador del equipo de los pijes de la época, y capitán, era el rompecorazones del barrio, si es que nadie decía otra cosa, excepto….su hermano…eran de ¡¡¡miedo!, por lo que de pololeos se tratare… Ahora fiel a la tradición, y hasta sin proponérmelo, vengo de mujer en mujer, y hasta me he separado por la única y exclusiva causa de mi infidelidad, y de una maravillosa y tierna dueña de casa. Ya Dean, aullaba otra canción con la trasnochada voz, la misma con la cual animaba su show en la televisión, el cigarrillo que yo aspiraba expiraba, y me disponía a poner en escena la parte dos de mi plan, y que irremediablemente acaba con toda resistencia de la nena y sus ojos blancos, (aunque hay expertas en hacer aparecer al hombre su satisfacción en todo orden de cosas, y sin embargo : “nacalapirinaca”), cuando sucedió lo que les referiré. Me llamó la atención por ejemplo, creyendo que estaba a punto de fenecer la resistencia hasta inconciente de la nena, y al desposeerse de su blusa color carne, que en el antebrazo derecho lucía un tatuaje, lo que no habría tenido mucho de extraordinario, salvo que era del Everton, el equipo que acaba de bajar a Segunda División, y eso no es lo extraño, sino que es un equipo de fútbol, y precisamente no un motivo tatuable para las mujeres..¿tú qué piensas querido lector?, aunque la lolosauria era viñamarina, así y todo.. No digamos que no era femenina tampoco, pero aspecto en el cual empecé a fijarme más, notando en su brazos unos vellos teñidos con agua oxigenada, que trataban de pasar colados, amén del aura de un desodorante bastante “machote”, al abrir sus alitas…jajajajaja, la risa se me congeló, y menos mal que era para adentro, mientras ahora Dean cantaba “Please releasme let me go”, o sea “Déjame Partir”, y que también cantara Engelbert, que venía muy a cuento.. Por lo menos la música y la letra especialmente como anillo al dedo, y en el momento preciso, ya que la “bilirrubina” se me estaba yendo para la casa, cuando justo suena el celu de “Mari”, con una canción o ringtone bastante sui géneris…ése de Rodrigo el Potro, amigo de Maradona, y que canta : Marado-Marado….y me dije, aquí si que estoy jodido, incluso no me resultó tratarme de hacer el “Vonhue”, pues al mirarme en la parte baja de un espejo que llegaba al suelo, lo menos que tenía en mi rostro era un rictus de…¡¡¡Sorpresa!... Claro, que esto no sería nada, sino que cuando la chica, que no tenía nada de chica, y les diré que era bastante alta, contestó, deducí por sus respuestas, que era la citación de un entrenador para al otro día estar temprano en el Estadio Sausalito, y justamente para ir a entrenar, resultando ser la arquera del equipo femenino de los ruleteros…y a la que por supuesto ahora no tenía las más mínimas ganas de meterle un gol… Jajajajaja, no ahondaré en mayores detalles, salvo que tuve que aducir dolores de cabeza, una taquicardia, y hasta una andropausia, para renunciar al ataque, y eso que yo siempre fui centrodelantero… Ahora, y como auto moraleja, vez que sube a mi “paila” alguna adorable a simple vista hembra, le pregunto como quien no quiere la cosa en primer lugar..¿y a ti qué equipo te gusta amigui?...jajajajajaja. Publicado por Eduardo Osorio.