POR EL AMOR DE UNA MUJER

martes, 27 de octubre de 2009

Y no existieron garitas ni gendarmes,menos fronteras....

En su último viaje a Europa, Marcos Concha, Presidente de nuestro Círculo, en su paquete de turistas, temporada baja o alta, da lo mismo, conoció a sudamericanos que como él, hicieron de La Toscana, en este caso, parte de su recorrido, y un matrimonio argentino no faltó a la cita.
Améndola creo era el apellido, y se hicieron tan amigos de los Concha-Patrick, que hubo lágrimas en la despedida.
Resumimos así parte del discurso del anfitrión a las visitas argentinas del lunes 26 de octubre en Palacio.
El cuento de las cajitas de leche, que vendría dentro del programa ya andado el coloquio, de Esteban Valenzuela, como el homenaje a Mercedes de Pato Portales,las poesías de Sylvia Manterola,María Teresa Barros,Paty Benavente, o el españolísimo Antonio Macías, ni que decir el impacto de la de Lucía Lezaeta,y de las otras representantes nuestras como Gloria Chueca, serían momentos cumbre también, y con contrapartes trasandinas de alcurnia.
Y si hubiera que buscar coincidencias, una frase, un sentido común, a que atenerse, en la verdadera catarsis que produjo el encuentro chileno-argentino de literatos (poetas-prosistas), de ayer en el Carrasco, no hay dudas que el abatir fronteras, fue el clamor unánime.
¿Y de que manera?
Haciendo más literatura, reunirse más seguido, y de una vez por todas, con las palabras, tejer sueños y esperanzas, como lo hizo Neruda, Gabriela, y quienes inspiraron allende Los Andes a ese medio centenar de poetas que se dieron cita en nuestra sede “a la hora del crepúsculo”, como bien apuntó una bella riojana, maravillada con la escenografía de Palacio.
Si recuerdan, quienes estuvieron anoche, los discursos de los portavoces tenían ese hilo común de la hermandad entre escritores, un bichito que tal como el de la vocación, pica cada cierto tiempo en el corazón de esta clase de seres humanos, lúdicos, idealistas, que con las palabras construyen pueblos, ciudades, naciones, universos, entonces : ¿Qué es entonces una simple frontera para ellos, o una cordillera entera?
Al final, se repetirá el encuentro, vendrán otros, y de aquí para allá, también irán otros. Es la ley de la vida nada más…en prosa o en verso.


----¡¡Una “salteñita” por favor!!...
A la hora del cocktail, clamó una dama argentina elegantemente ataviada a la
dama que servía en el agasajo..
----¡una salteñita!
----¿Quée?...respondió preguntando con tamaños ojos…
----Una de ésas niña, de ésas…..
----¡¡Ah!!…ésas son empanadas, y son muy nuestras…

El diálogo, corto, pasó inadvertido para el resto, que en feliz jolgorio, celebraban los poemas y relatos que rato antes habían leído en el salón, pero para La Pluma Valiente ¡no!....Una salteña, es una empanada argentina o al revés…ahí está el quid, eureka….

A continuación, imágenes de la reunión, donde se intercambiaron tarjetas, mails, libros, besos y abrazos, salidos del alma……