POR EL AMOR DE UNA MUJER

domingo, 20 de diciembre de 2009

EL ESTILO "GALVEZ" ANALIZADO POR ASCENSION RAMIREZ




EL FLACO GÁLVEZ. Un romántico viajero.
(Autor de la Cueca del Guatón Loyola).


El mundo sería tedioso, aburrido, fome y todos los adjetivos calificativos que fuera dable agregar, si de pronto no aparecieran personajes, capaces de crear situaciones jocosas en imágenes, escritos o dramatizaciones. Esa virtud y otras, estuvieron contenidas en la vida de un gran realizador radial llamado el Flaco Gálvez, o Alejandro Gálvez Droguett, autor de innumerables libretos de humor para diferentes programas de la radiotelefonía nacional, en aquellos tiempos en que los medios de difusión sólo estaban circunscritos a los periódicos, revistas y a la radio, modesto canal de comunicación hogareño. Quien hace el recuerdo de este conocido personaje, a manera de somera biografía, es hijo de aquel tigre, quien por lo tanto no podía dejar de tener su piel rayada; su hijo Gabriel. Un hijo agradecido y orgulloso de los méritos de su progenitor y lo manifiesta con emotividad a quienes puedan tener en sus manos un ejemplar de este simpático libro.
Gabriel con su gracioso estilo, nos cuenta el devenir de su padre, desde su nacimiento hasta su deceso, señalando aquellos momentos más relevantes de su carrera, de su vida familiar y de la gran humanidad que tuvo esta figura nacional. Fue realizador de humor y de otras importantes actividades, tales como aquella de unir el deporte futbolero de clubes universitarios, en grandes espectáculos masivos con los cuales se iniciaba el clásico cotejo anual entre la Chile y la Católica.
Programas tan importantes y emblemáticos como la Familia Chilena y otros, cuyos actores iban retratando la realidad nacional del momento, no muy diferente a la actual. Su humor nato, su percepción para retratar personajes era única, por lo que su nombre siempre estuvo al lado de otras reconocidas personalidades del quehacer nacional, de la época. Sin embargo, era un hombre con obligaciones, problemas y días tristes, como a todos nos sucede. Según palabras de su hijo “mi papá en su antigua máquina de escribir, todos los días debía crear un sketch gracioso. Lo malo, es que a veces, él no tenía deseos de reír, pero igual, el libreto tenía que estar listo antes del programa. El Flaco Gálvez tenía muchas obligaciones que cumplir, entre estas estaba yo”.
En este recuento de situaciones, fotografías, letras de canciones y hasta chistes, Gabriel nos ha transportado al recuerdo vívido de esa época, que muchos aún conservamos fresca en nuestra memoria. Con un lenguaje directo y fluido un simpático chuncho, personaje alado, fiel representante de la Chile, cuando aún no hacía aparición la Barra Brava, nos cuenta con un lenguaje sencillo y cordial, la vida de este hombre, las vivencias de aquella época que para los que la vivimos o estuvieron cerca de ella, fue grata.
Para aquellos que han nacido posteriormente, el humor festivo de Gálvez, lo verán siempre reflejado en cada 18 de Septiembre, porque creo sin temor a equivocarme que no hay Fiestas Patrias sin estar obligados a escuchar la Cueca del Guatón Loyola, uno de sus temas más emblemáticos como folklorista, otra de sus tantas facetas.
Gracias Gabriel por enseñarnos una figura nacional que no debe caer en el olvido, como lo fue el Flaco Gálvez y también por mostrarnos lo que un hijo agradecido hace por el recuerdo de su padre.





“CHILE PAIS DE WEONES”.

La hilaridad que pueda aportar una lectura es bien recibida y beneficiosa para cualquier mortal, sin embargo el que un nuevo escritor se atreva a publicar un libro graciosísimo, acerca de un término peyorativo que denomina a una variada gama de humanos, es cosa de valientes. Tal ha sido la osadía de Gabriel Gálvez Carrasco, quien en su segundo libro nos da una clase magistral acerca de un manoseado término que lo podemos encontrar como sustantivo, adjetivo, verbo, adverbio y muchas otras derivaciones, en el hablar cotidiano, especialmente entre los varones. Me refiero al controvertido apelativo usado por casi todos los chilenos, “weón” y todas sus acepciones.
Según la Real Academia de la Lengua señala que “huevón” significa: 1.- adj. vulg. Perezoso (tardo). 2.- adj. despec. vulg. Imbécil (alelado). 3.- adj. Animoso, valiente. Por otra parte, el Diccionario Etimológico, aclara que “Huevón”, pronunciado “weón”, es alguien tonto debido a que sus grandes genitales no lo dejan pensar. Término y significado común con algunas variantes para varios países americanos y para ambos géneros. Si bien es cierto se trata de una palabra peyorativa, es de uso frecuente y casi obligado entre los hijos de Adán, y no solamente como insulto sino como término amistoso. Es tan común su uso que hasta se lo puede escuchar en bocas femeninas con todo desparpajo. El sinónimo argentino es “boludo”.
Refiriéndome derechamente a “CHILE PAÍS DE WEONES”, no puedo menos que aplaudir la genialidad de Gabriel Gálvez Carrasco, al usar a un cóndor como narrador describiendo a los gallos, con cuerpo de genitales masculinos; quienes son protagonistas de estas acertadas descripciones de las diferentes clasificaciones a que obedecen la mayoría de los ciudadanos chilensis, de acuerdo a su comportamiento social, a sus aficiones y a sus características personales. No quedando al margen, las delicadas hijas de Eva, pues si de huevos se trata, tenemos tantos como es posible perder mensualmente uno.
Los puristas del lenguaje y las damas de costumbres remilgadas, a quienes no critico, tragarán saliva al hojear este libro cuyas láminas coloreadas nos dan una ilustración gráfica acerca de la clasificación de los diferentes “weones”, aunque todos coincidiremos en que sus láminas a todo color grafican perfectamente estas semblanzas muy propias de nuestro carácter siempre festivo, aún en los peores momentos.
Con este tratado “weonístico”, nadie se puede enojar, retrata fielmente nuestra idiosincrasia chilena en una forma liviana y jocosa, porque dicho sea de paso para nadie es ajeno este comportamiento social que muchas veces mueve a estupor, a desagrado y a un sinnúmero de sensaciones que analizadas sesudamente “no se llega ni a la esquina siguiente”, pues los chilenos somos así. Recibamos pues este cordial libro que nos presenta Gabriel Gálvez Carrasco, con la mente abierta para reírnos con su festivo contenido y para meditar si cada uno de nosotros corresponde a esta variada lista de “weones” (as).
Publicado por Eduardo Osorio.