POR EL AMOR DE UNA MUJER

miércoles, 26 de agosto de 2009

El largo y serpenteante camino del "escocés".



La noche se había dejado caer sobre Viña como otrora una horda de siouxs sobre las tropas del General Custer.
No penaban ni las ánimas este martes- noche de invierno, salvo las de los errantes escritores del Círculo más literato de la tierra.
La misión altruista aunque ingrata de desocupar la sede circular a la brevedad, olía a esas inmersiones urgentes de los submarinos en ultramar para la guerras ésas….
Pero bueno ya, había que armarse del poder de Greystok (ojo Schudek, es neologismo…), y concurrir por el solidario aporte del sillón – diván – sofá ( me cubro pues no faltará el purista mueblista que todo lo domine…), que la gente de mi cofradía me facilitó ante los avatares de mi vida, nómade y sentimentaloide, lo que por lo demás debe unirnos en una especie de gen, si no no coincidiríamos en esta estación de poetas y orates sereneiders *.
Bien, fuimos entonces con mis carnales Hernán Carrasco, alias El Capitán Konig , Esteban “Gruñón”, la “Ascensi”, y Lina, casi una dueña de casa, en pos de la sede, atravesando el corazón viñamarino, para luego, pensamos, treparlo al techo de mi cuatro por cuatro (4 caben adelante y 4 atrás). Pero no fue tan fácil la cosa, lo que paso a contar para morbo vuestro..
Tremenda fue mi sorpresa instantes después de salir del ascensor, cuando al abrir la puerta de la secta liderada por el gurú Marcos Concha, un armatoste que ocupaba todo el ancho de la pared sur del depa, parecía tener ganas de echarse a volar después de tanto tiempo y saber de bocinas, gentes desconocidas, calles y otras nalgas que aposentar en sus acogedores asientos, mullidos y sibilinos. Después de todo no hay que olvidar que muchos de mis semejantes han querido, y muchas veces ser de los muchos sillones, sillas, poufs y demás mueblachos para ser los receptáculos de esa parte del ser humano femenino que pone las hormonas a mil a nosotros los que somos de sangre caliente.
O al verre.
Al final, no había como trasladarlo al pobrecito, pues se le fue en collera, principiando, hasta la puerta, estrecha y baja, y el dintel corrió susto por la urgencia del amigo, que acababa de conocer, y que me acompañará quizás hasta que muera.
Largo, tan largo como Chile, y ancho como las caderas de la Gina Lollobrígida, aunque hay más jóvenes, (lo asemejo a ella por la presencia de Hernán, que cuando la diva italiana refulgía, él soñaba con ella).
Así es como, y volviendo al largo y serpenteante camino del mueble, lo hicimos pasar acto seguido al ascensor, y con no poco riesgo para Esteban, que quedó aprisionado entre el corpulento escocés, y la carcaza del elevador, ante los requiebros de la Ascensi. Pero éste parecía tener vida propia, y de hecho estoy seguro que la tiene, ya que una vez en la calle, se puso liviano como una pluma, y parecía un potro desbocado, por lo que se justificó el amarre que lo unió a mi otro cómplice de tantas fechorías bohemias y siempre en pos de conquistas, me refiero a mi Chevrolet Monza azul pìedra, de irresistible paso por entre las camionetas, que quedan prendadas a su avance lento pero seguro, en las carreteras.
Anoche, y cuento corto, se comenzó a escribir otra historia en mi vida gitana.
Un amigo que no ha sentido para nada el cambio de ambiente, y que parecía aburrirse en la soledad de la sede casi vacía.
Un compañero, que me seguirá muy fiel desde su sitio en mi cabaña de Quintay, pero a mi lado virtual, en la aventura estrafalaria de imaginar leyendas, inventar ciudades magníficas y personajes librescos, que describo día a día, en un afán, que más que pasión es un capricho de vida.
Ahí me espera ahora, entre pinos y eucaliptos, en la paz lúdica del hogar a mi pinta, y silvestre por excelencia, y donde será también protagonista.
Después de todo, quien no dice que reciba visitas, que lo hallen cómodo, grande y por excelencia acogedor y secretaire de cuitas, lo demás, no se cuenta….


*Orates Sereneider : ocurrencia de Sergio Silva para los "60, cuando denominó así (locos serenos)al conjunto musical que ponía la música en su programa radial "Radiotanda".